jueves, 21 de junio de 2007

A paso de vencedores...

Entrada corta hoy....

Sentado en la curiosa, colorida y amplia comodidad de mi silla frente al monitor, siendo un buen jueves de descanso merecido, mientras escucho música y siento mi reciente afeitada, me pongo a recordad los últimos eventos de la semana.

Un salón que revienta de euforia por un partido de fútbol, el cuál no se ha realizado aún pero al que todos ya dan por empatado (mente mediocre? o realidad absoluta?) y sin embargo son felices asegurando una clasificación.

Contemplando el panorama desde mi asiento del hermoso salón , junto a un grupo de abejas mayas verdes del Celtic, mientras pensaban en las mil posibles estrategias con las que se puede empatar un partido, me daba miedo soltar la opinión con la que había sido formado desde muy chico: "Gente juguemos a ganar"

Nunca solté la idea, pero se los dí a entender hasta que realmente lo notaron. De repente sería un comienzo para que de aquí a unos años Perú llegue al mundial, ojalá lo sea, porque realmente quiero vivir para ver eso.

La vida y el deporte me enseño algo: Los partidos en se juegan a ganar, y si se pierde o empata, uno tiene que dar TODO lo que tiene, sea el partido que sea... de fútbol o algún otro.

jueves, 14 de junio de 2007

Por un 2 - 2

1:15 PM... como todo jueves... en "el reposo del guerrero", esta vez con la pierna arañada pero felizmente con el estómago contento...

Reflexionando sobre la pierna arañada concluyo, una vez más, que la vida da muchas, muchas vueltas. Cada vez que uno jura que va a dejar de hacer o practicar algo, siempre se presenta una situación para retomar (o recaer en?) la misma actividad (vicio?).

Me pasó ayer, ya que después de mucho tiempo volví a jugar fútbol (o al menos lo intenté), esta vez ya en la universidad con un sabor diferente; también con el aire que me faltaba, las piernas que me dolían y la pelota que daba vueltas por aquí y por allá mientras yo estaba metido en el centro de esa cancha corriendo de un lado para otro una vez mas como en los buenos años.

¿Por qué lo había dejado? bueno... simplemente digamos que estaba algo frustrado con el antiguo desempeño de los equipos a los que pertenecía, y como toda persona tiene paciencia, toda persona también tiene su límite, así decidí dejarlo.

Mágicamente se presentó la oportunidad de jugar, yo dije "ya pues será" y me metí a la cancha sientiendo esa peculiar emoción que te envuelve poco a poco con cada paso que das, cada pelota que pateas y cada minuto que pasa.

El partido fue de trámite extraordinario: llevando las de perder, la garra y el corazón hicieron milagros sacando un empate que sabe a victoria. Todos satisfechos por tener un punto, por haber hecho maravillas durante 5 minutos (claro está que sufrimos como 35 minutos previos), por tener las piernas adoloridas, las cabezas golpeadas y las camisetas embarradas.

Seguiremos adelante (o eso espero) ganando, perdiendo, empatando, pero seguiremos adelante. No creo que sea el único, tampoco creo q seamos todos, pero hay cosas en la vida de las que uno nunca se olvida, cosas que aunque uno pueda dejar por un año, dos o más, siempre estarán ahí para ayudar en el momento mas necesitado.

Espero que el fútbol sea mi único vicio, antes, ahora y siempre...

viernes, 8 de junio de 2007

El camino que no tomamos

"Everyone is a traveler, choosing the roads to follow in their journey of life. There is never a direct path that gives one only a single direction to follow..."


Si la vida es el tema en cuestión, nunca podremos hacer un comentario totalmente cierto, emitir un juicio aplicable a toda situación o decir una verdad universal, solo comentar nuestras experiencias, exportar nuestras opiniones e importar nuevos conocimientos.

Con el avatar polar hoy dia, a raya de las 4 tarde, caminando alrededor del círculo militar como quien hace hora para llegar a su clase de inglés, pensaba sobriamente en los giros que puede dar la vida de cada uno de nosotros.

Medio año atrás, últimos días de colegio, con las posibilidades del futuro de cada uno de nosotros ya casi definidas... ibamos haciéndonos a la idea de juntarnos seguido, de vernos las caras aunque sea dos veces por semana en la casa de alguien y confiábamos plenamente en esa posibilidad. Somos varios aún, pero ahora cada uno baila con su pañuelo, y si apenas nos vemos una vez al mes con suerte para intercambiar los últimos chismes, chistes y tragos habidos y por haber


Nos separamos porque cada uno eligió. Ya no era el mismo lugar donde todos estudiabamos los mismos cursos porque nos obligaban, ahora cada uno iba marcando su estilo y su pauta, recorriendo un camino diferente al del compañero para poder llevar cada día algo nuevo y decir: "hoy hice esto, me pasó esto, mejoré en esto..."


Los caminos que unos recorremos y otros no... son los que marcan nuestras diferencias, nuestras aptitudes y nuestro potencial; también son los que en conjunto nos hacen mas solidos y mas engranables, como un equipo en el que cada pieza junto a la otra mejora la calidad, porque si bien son caminos distintos, todos nos llevan a una misma meta: ser únicos, sobresalientes... y recoger nuestros anuarios.


Para mis amigos... Los Ilustres

miércoles, 6 de junio de 2007

Hacia el nirvana del conocimiento...

9:24 PM... mi cálculo hubiera sido exacto si empezara a escribir a las 9:30... pero en fin

Aquí sentado, como es usual después de la única comida tranquila que recibo a diario.


En mi búnker unipersonal equipado con la ultima tecnología para la supervivencia, la comodidad y el desarrollo de la especie humana (que para abreviar llamaremos carpeta), escucho atentamente las palabras de mi profesor de writing: "El freewriting es una técnica que consiste en escribir todo lo que te viene a la mente sin detenerte y sin pensar en lo que sea que estás escribiendo"... Hagamos una practiquita con lo que pensaba en ese momento:


"Qué hago aca sentado escuchando las mil y un maneras de como escribir... no se, simplemente sería mas divertido estar allá afuera pateando al Barney que esta dando vueltas frente al KFC..."


Entre otras cosas, una rápida mirada a esta barraca de gente permite percibir en menos de 0,5 segundos la emoción, la interactividad y la concentración que hay en la clase. Sería interesante hacer una taxonomía de las formas en las que cada uno reacciona frente al aburrimiento, pero sería algo extremadamente extenso, pues en una simple ojeada encuentro casi 20 formas distintas de reaccionar. No hablaré de las formas ajenas (podría presentar una tesis con todo ese asunto y aún así dejarlo a medio terminar) sino de la mía propia: El método del divago.


Es un complejo proceso por el cual un individuo en cuestión llega a un nivel de atención que bordea los límites de la mente misma, ya que empieza a trazar una relación de asociación entre las palabras que escucha y las imágenes mentales que mas influyen su vida en ese momento, tales como el carro que pasa frente a la ventana, el frío de mierda que hace en el salón o la creciente hambre que siente dentro, y más. Como decía, la concentración llega a un nivel tan culminante que se empieza a ligar una idea tras otra y otra y otra más, con miras de llegar a la fuente del conocimiento mismo, dicho sea de paso que nadie ha sobrevivido aprobado en el intento.


Método eficaz y aplicable en casi toda situación, a él se debe mi presencia aquí, la existencia de los hippies y el final de estas líneas.

martes, 5 de junio de 2007

Lapsus

10 PM del mismo día... cuando las energías ya casi se han terminado y solo la inercia (o el vicio) te mantiene en pie.

Me pongo a pensar, que hago aquí frente a mi computadora tratando de escribir este pequeño párrafo, influenciado principalmente por el sueño que está cerrando mis ojos y carcomiendo momentaneamente mi cerebro, por el frío que sube en este preciso instante por mis pies, la televisión que suena y me habla de ¿La copa Davis?... en fin, mil y un motivos por los cuales podría estar tranquilamente echado en mi cama.

Sin embargo la naturaleza del hombre es tan interesante, que a pesar que el balance esta mil contra uno, escogemos ese uno, mi pregunta otra vez es ¿Porqué?

No hay una respuesta... jugar, chatear, escribir, escuchar música, tantas cosas que al parecer transtornan el sistema nervioso de uno, haciendole perder la noción del tiempo, el espacio, el hambre, la sed, el frío y el calor.

Justamente ahora mi padre me dice que vaya a dormir si no tengo nada que hacer... yo digo que si tengo algo que hacer, escribir se va a volver una necesidad primaria al parecer...
Eventualmente se pasa el rato y me tengo que ir, dejando en claro que no es el sueño o el hambre lo que me vence, sino la posibilidad de que mi padre baje la llave general, o incinere la computadora.

El sistema nervioso se acostumbra a entrar en estos lapsus... a dejar volar la imaginación, a retratar de manera artística la realidad, o a exagerar la simpleza de una hora de computadora. Solo es cuestión de organización... de olvidar el hambre, el tiempo, el sitio... y sentarte a escribir.

De alguna forma... en el bus

Casi a diario, puedo escuchar alrededor de las 5:30 AM un estruendo en el dormitorio que grita la orden casi militar de levantarse, es mi celular, no mi madre. Claro, para mí es la orden de despertarse, porque el siguiente paso lo efectuaré mas o menos después de 20 minutos cuando el estruendo que se escuche en el dormitorio sea esta vez mi madre, la conciencia grite por las obligaciones pendientes, y ademas sea el momento en que note que el tiempo esta absolutamente en mi contra.
10 minutos (ningún otro animal sobre la tierra podría hacerlo mejor) son más que suficientes para cambiarse la pijama por algo casual y decente que lucir en el transcurso de la mañana, meter dos o tres cuadernos sin forro a la mochila, tomar un café con leche como si fuera un vaso de Dasani y finalmente coger las llaves de casa para correr dos cuadras hasta el paradero.
Una vez en este lugar casi mágico, ruegas al cielo que el bus pase rápido y con un asiento vacío, antes de que el frío termine de endurecerte las orejas. Con suerte unos minutos más tarde tu solicitud a los arcángeles será complacida de alguna manera, con la llegada del mítico bus.
Un viaje de 1 hora no es nada satisfactorio, sobretodo si vas de pie, escuchando a la gente que no hace más que quejarse del frío, de la política, de su trabajo o de su familia.
Ha sido una mañana larga y después de estar sentado por unas 6 horas en la universidad puedes emprender el viaje de regreso... una hora más de quejas de la gente, esta vez del calor, de los resultados de sus exámenes, del último partido que perdió su equipo o simplemente del gato que se cruzaron en la calle.
La tarde es mucho más "tranquila", solo es cuestión de bajar del bus, caminar a casa y tomar un pequeño bocadito en 20 minutos (porque eso no puede ser llamado almuerzo) para ir rápidamente al paradero y subir a otro bus esta vez de 60 segundos, bajar en el colegio para ensayar durante 3 horas y luego una vez más correr al paradero... si, si otra vez, valga la redundancia. Subir al bus nuevamente y esperar unos 45 minutos antes de llegar a las clases de inglés, que deben durar 1 hora y 30 minutos si es que en nuestra mala suerte el profesor llega temprano.
La última vez que tomas el bus también lo haces corriendo, pero el asunto es ¿porqué?... La respuesta es fácil: simple necesidad de comodidad. Si antes uno corre por el tiempo en contra, ahora uno corre para conseguir un asiento en el bus, contando que tienes q bajar 10 pisos esquivando gente y rogar que en la congestión vehicular seas el primero en avistar un carro casi vacío que pueda llevarte, es una tarea complicada.
Ya es de noche cuando llegas a casa para comer tranquilamente por primera vez en el día, y para sentarte frente al computador a "hacer las tareas" respectivas del día. Tan solo dispones de una hora para terminar todas tus tareas, y contando las numerosas obligaciones académicas, no académicas, "futbolísticas" y "extra futbolísticas" que puedes tener, el tiempo queda corto. Sin darte cuenta ya estás una vez mas en el paradero corriendo tras el bus que ruegas otra vez, tenga un asiento disponible.